Karate

Al escuchar la palabra Karate, generalmente se piensa en dos extremos, en puños y patadas, violencia... o en una forma de deporte o calistenia o inclusive en algún tipo de ejercicio aeróbico. La mayoría de las películas han popularizado el Karate de una forma errónea, llevando a la gente a crear un estereotipo falso, lejos del verdadero concepto de Karate.

Karate es un BUDO (arte marcial), y como todas las artes su principal objetivo es ayudar al ser humano a desarrollar sus potencialidades, tanto físicas y mentales, como espirituales. Hoy en día algunas artes marciales, se han alejado de este concepto, tomando como objetivo exclusivamente la competencia deportiva, o simplemente de manera recreativa. La competencia deportiva no es nociva para el Karate, solo que no es el principal objetivo, sino una forma de poner a prueba las condiciones adquiridas durante la práctica.

El Karate como camino de vida, comparte los mismos principios filosóficos de las otras artes tradicionales japonesas, como son la ceremonia de té, el Ikebana (arreglo floral), el bonsai (árboles miniatura), la suibokuga (pintura con tinta), la caligrafía, y por supuesto del judo, aikido, kyudo, kendo.

La palabra KARATE DO esta compuesta por tres ideogramas :

  • KARA: vacío
  • TE: mano
  • DO: Camino (el cual no significa solamente sendero sino camino que recorre el ser a través de su vida).

Se suele traducir como camino de la mano vacía, lo cual es correcto, ya que es ampliamente conocido que el Karate es una forma de combate sin armas, pero esta traducción tiene un tras fondo mas filosófico, que se acerca más a la verdadera significación de lo que es Karate. Todas las culturas alrededor del mundo, como señal de no agresión siempre han hecho algún tipo de gesto con las manos, buscando demostrar que las manos se encuentran vacías, por ejemplo en occidente se extiende la mano para saludar, en oriente se juntan las palmas, otras culturas simplemente la levantan o las pegan a sus muslos. O sea la mano vacía es un gran símbolo de no agresión. Por tanto, podemos concluir que el camino de la mano vacía es igual al camino de no agresión.