El Shihan José Baeza ha desarrollado este pequeño trabajo que tiene como objetivo el que lo niños que practican Karate tengan una historia del Karate que poder leer sin fechas ni datos que les puedan aburrir.

 

Historia del Karate para niños

Si cogéis un globo terráqueo y os situáis con un dedo encima de nuestro país, España y lo hacéis girar de derecha a izquierda dándole la vuelta, os encontrareis con las costas de Corea y Rusia, y justo enfrente, rodeado de mar está Japón.

Los paisajes son muy verdes llenos de bosques y sobre todo tienen mucha montaña que en el centro y en el norte se llenan de nieve en los crudos inviernos japoneses. Japón tiene cuatro islas, dos, digamos pequeñas al sur frente a Corea, son Kyushu, cuyo significado es “nueve provincias” y Shikoku, cuyo significado es “cuatro provincias”; la que está en el centro es Honshu, la más grande de las cuatro y la llaman primitivamente, “Hondo” palabra que alude a su mayor dimensión, allí está su capital, Tokio. La que está más al norte mirando la costa de Rusia y dándole la espalda al Océano Pacifico es Hokkaido, antaño denominada “Yeso”, esta isla es muy fría y montañosa. Si las miramos en el mapa las cuatro islas tienen forma de caballito de mar.

Mapa del mar de JapónSi os fijáis bien bajo la primera de las islas que forman el caballito de mar la que llamamos Kyushu, hay muchos puntitos diminutos que son como una cuerda de nudos flotando en el mar, van desde Kyushu hasta una isla mucho más grande que llaman Taiwan. En estas islas, en una en concreto que se llama Okinawa, nació una persona muy importante para el karate, el Maestro Funakoshi. Estas islas formaban el estado soberano independiente del reino de las Ryu Kyu, no olvidéis que no pertenecían al Shogunato ni al emperador de Japón.

Eran tributarias de China, es decir que le pagaban impuestos al imperio chino, como pueblo pacifista no se les permitía tener armas.

En Okinawa se practicaba una forma de defensa que les habían enseñado los chinos y que ellos, las gentes de allí, practicaron durante cientos de años para poder defenderse de los piratas y de los samurái japoneses que los invadieron. Os contare como fue esta invasión.

Todo comenzó una mañana del mes de Abril del año 1609, el General que mandaba las tropas japonesas era astuto y tenía mucha experiencia como guerrero. Su misión era la conquista de las islas Ryu Kyu cuya capital era Okinawa. El general se llamaba Kabayama y era de una noble familia samurái que vivía en Kyushu.

Como os decía la isla que se disponían a invadir los guerreros japoneses era Okinawa. Esta isla no es muy grande, tiene unos 125 kilómetros de punta a punta y 30 kilómetros de ancha y es la capital de las islas Ryu Kyu. El General Kabayama buscó una playa donde desembarcar todo su ejército y finalmente la encontró y desembarcó sus fuerzas. Los habitantes de la isla lucharon durante todo el día con los guerreros japoneses y finalmente los hicieron retroceder y embarcar en sus naves.

Los vencedores gritaban contentos ya que habían hecho retroceder a los temibles guerreros samurái, la noche llegó y el general Kabayama ideó un plan que consistía en lo siguiente: primero encendió antorchas en todas las naves de forma que los isleños las pudieran vigilar desde la playa, después se adentro en el mar y apagó la mayoría de las antorchas, anclando las naves iluminadas, unas pocas, para que las vieran los okinawenses y navegando con las que estaban a oscuras, le dieron la vuelta a la isla, mientras los vigilantes contentos, creían que la flota al completo estaba frente a ellos lejos en el mar. Se sintieron seguros y se relajaron, mientras que el enemigo, el general japonés y parte de su flota, desembarcaban en la parte opuesta de la isla y los cogía por la espalda.

Así fueron conquistados los okinawenses para formar parte del Imperio japonés y hasta la fecha son considerados provincia de Japón. Tras la invasión el señor feudal de Satsuma decidió ocultar su dominación a los emisarios chinos que seguían viajando al reino de las Ryu Kyu. Las relaciones comerciales entre china y las islas Ryu Kyu siguieron como antes a caballo entre China y Japón con un compromiso de fidelidad para con los dos países.

El pequeño ejército okinawense se rindió a los japoneses quienes les arrebataron todas las armas, no teniendo más armas que los útiles del campo y el bastón largo denominado Bo, con ellos se tendrían que defender de las agresiones del invasor, con el manejo de estas armas, a esto se le llama Kobudo.

Entrenar cualquier sistema de lucha estaba prohibido por los mandos japoneses que castigaban sin piedad al infractor, lo que hizo que la práctica y los entrenamientos fueran secretos.

En Okinawa hay pequeñas calas que se ocultan a la vista y en ellas podían entrenarse los llamados rebeldes, también tienen zonas boscosas que los ocultan de los mirones y delatores para no ser castigados por el invasor que perseguía a todo el que se preparara en el arte de la lucha.

Hoy día los profesores y maestros tienen para enseñar libros, películas, cuadernillos y fotos; aparatos como la tv, los proyectores e incluso los ordenadores, con ello pueden mejorar lo que os enseñan, son una gran ayuda para ellos y para vosotros. Cuando los okinawenses aprendían las técnicas de defensa no había nada de lo que hoy tenéis.

¿Cómo enseñaban?

Sólo con el ejemplo del maestro y la palabra, ya que no había nada o muy poco escrito.

¿Cómo le llamaban a lo que hoy día llamáis karate?

Le llamaron To-Te o Toide un conjunto de técnicas del Kung Fu chino, procedente de una ciudad de China cuyo nombre es Fujian o Fukien, en la costa del Mar de China, y cuya procedencia más antigua es la técnica de la Grulla Blanca.

Tenéis que recordar algunos nombres de los primeros maestros del To-Te (karate), un monje budista que se llamaba Peichin Takahara, un alumno de éste inventó un kata muy famoso en la historia de karate el kata “Kusanku” o Kanku y él se llamaba Sakugawa. El que algunos historiadores consideran el mayor karateka que haya existido fue Matsumura al que llamaban “Bushi” (título honorífico de guerrero) también era instructor de Jigen Ryu Kenjutsu, una famosa escuela del manejo de la katana o sable japonés cuya procedencia era la familia Satsuma de la isla de Kyushu en el Japón.

Este maestro de Okinawa creó un kata llamado Patsai lo que alguno de vosotros conoce hoy por Bassai.

Los japoneses tenían un gobierno que era representado por un Emperador, (semejante al Rey) y un jefe del estado llamado Shogun (semejante al presidente de gobierno). El que más poder tenía era el Shogun.

En el año 1633 gobernaba en Japón Tokugawa Ieyasu, éste ordenó, es decir decretó, así se dice, que el país entero fuese cerrado a todo extranjero, no olvidéis que el Japón es un conjunto de islas, cuatro concretamente, Kyushu, Shikoku, Honshu y Hokkaido.

¿Cuál fue el motivo de cerrar un país tan grande a toda relación con otros países?

Fueron tres motivos: el primero controlar el comercio por las gentes del propio Tokugawa, el segundo la seguridad interna del clan o grupo cuyo líder era el propio Tokugawa, y el tercero el miedo a que se extendiera el cristianismo por todo el Japón, ellos tenían como religiones el Budismo y el Shintoismo.

El aislamiento japonés comenzaba a ser visto por los países comercialmente importantes como Inglaterra, Rusia, Estados Unidos, Francia y Alemania como un problema.

En aquella época las casas, las calles las ciudades en Europa y Estados Unidos, en general se iluminaban con aceite. El aceite de ballena era de una gran importancia por su calidad y sus múltiples usos como velas para alumbrar que ardían con más fuerza que las lámparas de aceite, jabones, barnices, cosméticos, aceite para farmacia; y con sus dientes y otros huesos del animal se fabricaban peines, agujas de tejer y se grababan y esculpían obras de gran merito y valor.

Los barcos de pesca estadounidenses que pescaban ballenas, los llamados balleneros entre los años 1820 y 1850, eran una flota de más de 700 buques que pescaban más de 10000 ballenas al año. Algunos de estos barcos lejos de su país tenían que aprovisionarse de víveres, sobre todo verduras y frutas frescas ya que sin ellas podían enfermar de una enfermedad que se llama escorbuto, que es la falta de la vitamina C en la alimentación durante largos periodos de tiempo en el mar.

Pero también había naufragios y encallamientos en las costas japonesas de buques americanos, negándose los nativos al socorro y al auxilio humanitario que requerían los marineros ya que si les socorrían eran castigados por las autoridades, soldados o policías japoneses.

Los americanos consideraron que la falta de auxilio y trato humanitario a su flota y a sus marineros se podía tomar como un insulto, y en año 1853 el Presidente de los Estados Unidos, Señor Fillmore, envió una flota de guerra de 15 buques al mando del Comodoro Matthew Perry, cuando se dice Comodoro es término inglés que hace referencia a un Capitán o un Comandante que manda más de tres naves.

Nos os he dicho que los centros de población más importantes de Okinawa son Naha y Shuri. Las fuerzas navales del Comodoro Perry llegaron al puerto de Naha y esperaron la visita de los oficiales que subieron al barco para conocer el motivo de la visita de los barcos de guerra americanos. El Comodoro quería constatar el ánimo de los militares japoneses antes de viajar a Edo que era como se llamaba la antigua capital de Japón, ahora la llaman Tokio y es una de las capitales más grandes del mundo en población.

Los militares y funcionarios informaron sin duda de la visita efectuada a Okinawa al Primer Ministro Japonés, recordar que se le llamaba Shogun, y le dijeron que los barcos negros, así les llamaron ellos, eran muy poderosos y tenían cañones que podían destruir los muelles y defensas de cualquier puerto de Japón.

La flota salió de Okinawa y se dirigió al este navegando hacia el Japón, llegaron al canal de Uraga en la bahía de Edo el día 5 de julio de 1853 y le entregaron a las sorprendidas autoridades una carta del Presidente Fillmore de América del Norte donde le pedía que se iniciara la amistad entre sus países, permitirles comerciar y tener depósitos de carbón para los motores de vapor de los barcos así como alimentos para las tripulaciones y finalmente auxilio humanitario para los náufragos.

Este tratado se firmó en 1854 en la bahía de Tokio en un lugar que se llama Kanagawa.

En esta bahía ocurrió una pequeña historia que os quiero contar ya que tiene relación con el Comodoro Perry y su aventura.
Cuando los japoneses se rindieron al final de la segunda guerra mundial la firma de la rendición se efectuó en la misma bahía de Tokio en un acorazado llamado USS Missouri y durante la ceremonia y firma de los representantes de los países aliados y Japón una de las banderas que se izaron fue la del Comodoro Perry, ¿verdad que es una historia curiosa?

Pero volvamos a nuestra historia del karate, con la apertura de Japón al mundo comienzan también los cambios en Okinawa.

Recordareis que Matsumura era un guerrero muy afamado y temido, lo que hizo que lo contrataran como asistente del Rey de las islas, este se llamaba Sho Tai, y era por entonces un niño de corta edad.

Junto con Matsumura estaba un alumno de él que también sería famoso por su aportación al karate, se llamaba Anko Shishu Itosu, entrenó más de ocho años con Matsumura, entre 1846 y 1854, no solamente era un asistente como Matsumura sino que era traductor y calígrafo, lo que hacía de él un personaje importante en la corte.

Y no me quiero olvidar de Yasutsune Azato que recordar sería maestro del hombre que difundió con éxito el karate en Japón, el maestro Gichin Funakoshi. Azato les decía a sus alumnos ¡entrenar de forma que vuestras manos sean como sables y vuestras piernas como lanzas! Azato era un maestro en el uso de la Katana (sable japonés)

La casa real okinawense termina por desaparecer bajo la presión política y militar del imperio japonés, en el año 1879 el Rey abdica es decir que voluntariamente deja su responsabilidad como Rey. Los asistentes y consejeros dejan sus empleos, en palacio y el maestro Anko Itosu y Azato abandonan sus cargos oficiales, durante una década enseñan sus técnicas en secreto a algunos alumnos entre otros a Gichin Funakoshi del cual os contare muchas cosas seguidamente.

El Rey Sho Tai muere en el exilio y su hijo Sho Ten fue llamado a Tokio donde pasaría largo tiempo, estamos en el año 1901 y la reforma escolar en las islas es impulsada por el gobierno de Japón que quiere una integración de Okinawa en su sistema educativo.

El maestro Itosu con sus alumnos Kentsu Yabu, Chomo Hanashido y el maestro Funakoshi enseñan en el sistema escolar de Okinawa las técnicas de To-De, antes To-Te, tenemos que aclarar que el nombre evolucionó de To-Te, que significaba técnica que procede de China a To-De, técnica de Okinawa, para llamarse posteriormente karate, pero eso será más tarde, ya de la mano de Funakoshi.

Los katas de karate que se entrenaban en aquella época eran y son muy complicados, los jóvenes escolares no los podían aprender ya que tenían muchas dificultades técnicas.
Quizá entonces Itosu partiendo de un grupo de formas chinas denominadas Channan Sho y Dai (pequeño y grande) que también les llamaban Ping-Un, desarrollo los cinco katas básicos llamados Pinan (mente pacífica).

Es posible que os preguntéis ¿por qué los responsables de la educación de los niños no programaron simplemente una clase de educación física? El ministerio de educación japonés tenía textos de la escuela alemana que le fueron entregados por las autoridades de este país para confeccionar un programa de educación física para las escuelas japonesas en general, sin embargo los okinawenses incluyeron el karate como sistema, y pienso que como método complementario de la gimnasia básica.

Tener presente y considerar que durante siglos los alumnos y practicantes del To-Te y después To-De fueron hombres sanos y vigorosos sólo con el entrenamiento tradicional.

Las autoridades responsables japoneses de la educación básica vieron satisfactoriamente esta novedad educativa y lo autorizaron en las escuelas de las islas de Ryu Kyu.

¿Qué deseaba obtener el maestro Itosu con la práctica de los Pinan?

Él estudió profundamente cada uno de los katas y desarrolló los elementos que consideró más importantes, hagamos un pequeño resumen de lo más significativo de cada kata:

Pinan shodan: desarrolla y fortalece los huesos, da vigor a los músculos y flexibilidad a los tendones, mejora la fuerza.

Pinan nidan: desarrolla la velocidad, mejora la fuerza.

Pinan sandan: desarrolla la resistencia, potencia la respiración profunda, mejora la fluidez de los movimientos ondulantes.

Pinan jondan: desarrolla el estado de alerta, mejora la concentración así como el control muscular del bajo vientre. Los movimientos son fluidos. Coordina mente, cuerpo y espíritu.

Pinan godan: Desarrolla el control y fortalece el carácter.

Si a todo esto le añadimos el complemento de la defensa personal y un oculto interés porque predominara un arte de lucha autóctono, tenemos el esfuerzo más que justificado de la creación de los Pinan por parte del Sr. Itosu y sus alumnos.

Dicen algunos estudiosos de las artes marciales que el karate antiguo era letal, peligroso y muy dañino, y que el maestro Itosu lo trasformó en simples ejercicios gimnásticos o en un karate para el futuro, algunos se preguntan si fue un héroe o un villano.

Yo quiero daros mi opinión. Bajo mi punto de vista y con respeto para las opiniones contrarias, pienso que el karate actual es un arte que tiene como principal objetivo la formación integral de mujeres y hombres, haciendo hincapié en su desarrollo físico mental y espiritual.

Hombres y mujeres con carácter sano al servicio de sus familias y la sociedad, sin temor a las mayores enfermedades de esta época que son la angustia, la duda, y el miedo a una existencia sin contenido, material y egoísta.

Opino que el maestro Itosu pensó más en el karate como aportación a la sociedad futura que como destrucción egoísta del honor y la dignidad de otro ser humano que había que derrotar o dañar gravemente con el karate.

Nos decía Ichikawa que es profesor de literatura y ensayista sobre la historia de Okinawa, de la Universidad de Waseda, en una de sus conferencias “La evolución actual de Okinawa”, que el pueblo okinawense era gente pacífica y yo añado que tolerantes, sólo emplearon el conocimiento del karate o el Kobudo para defenderse cuando fueran agredidos.

En el año 1915 muere el maestro Itosu, no solamente dejó los Pinan que después Funakoshi los denominaría Heian, si no especialmente el kata Bassai Sho. Nos legó un karate ágil, dinámico, explosivo, lineal y como contra partida un regalo del pasado para el presente Bassai Sho.

La sociedad okinawense nunca estuvo totalmente a favor de la completa incorporación al imperio japonés, estaban los que querían que Okinawa fuera cedida a la China, son o quizá eran los denominados (el partido de la obstinación) y los que apoyaban al gobierno central pro japonés (el partido de la apertura), digamos que con los Pinan el maestro Itosu contentó a los aperturistas y con Bassai Sho al partido de la obstinación, en este kata predominan las técnicas circulares.

Declarado partidario del partido de la apertura fue Azato, quien se inclinó por dar su apoyo al cambio, y cortó su moño, con lo que renunciaba al rango de Samurái, según lo ordenado por el gobierno central. Funakoshi, su alumno directo siguió su ejemplo para disgusto de su familia que era partidaria del partido de la obstinación.

Finaliza un periodo histórico donde el karate ideado para la guerra dará paso al Karate Do, formación moral, mejora de la salud del practicante, karate deportivo y defensa personal.

De las técnicas de Matsumura recogidas por Itosu desaparecen en parte el entrenamiento de defensa y ataque al mismo tiempo y también las salidas hacia los ángulos de cuarenta y cinco grados, trabajos que muchos años después recogería el maestro Kase procedentes de Yoshitaka, hijo de Funakoshi.

A la vista de lo que os relato en este texto podríamos decir que el maestro Itosu es el padre del karate lineal y su heredero fue Funakoshi con la ayuda inapreciable de su hijo Yoshitaka.

No fue sólo la escuela Shotokan la que se incorporó al sistema lineal, sino todas las escuelas que se integraron al mundo del karate deportivo, no olvidéis que estas características son y están orientadas hacia la velocidad y el impacto, ¡pura competición!

Pero seguro que os habéis preguntado ¿Qué es lo que gana el karate con el sistema lineal?

La respuesta es que deja de ser un “jutsu” arte para la guerra, para ser un deporte, promulga la defensa personal singular, mejora de la salud, formación deportiva del individuo; ya no se permiten agarres, no se luxan las articulaciones, no se golpean los puntos o plexos nerviosos, no se aplican golpes circulares que impliquen riesgo y no se anima a la práctica de técnicas de endurecimiento entre otras el makiwara.

¡No os da la impresión que queremos romper con el pasado! Romper el puente que nos liga a él, pero si recurrimos a una simple constatación nos daremos cuenta que el puente siempre existirá mientras promulguemos la práctica de los katas, ya que cuando definimos un kata decimos: “kata es Tsuki, Uke, Geri, Kake,Uchi y Barai.” Podemos entender que Tsuki, ataque de puño, Uke, todo el abanico de paradas, Geri, las patadas en su amplio conjunto, Kake es agarrar ¿para qué? pues para luxar, estrangular, inmovilizar, favorecer el contraataque, y finalmente, Barai, es barrer, derribar, desequilibrar para proseguir las técnicas pertinentes. ¡Este es el karate antiguo, el Jutsu!

Podíamos decir que es el nexo o puente con el pasado, que la práctica de los katas conservaran las antiguas técnicas en el presente, permitiendo la creatividad de nuevas y frescas interpretaciones que harán del karate un arte en plena evolución hacia la modernidad.

Este karate es como un gran lago al cual llegan afluentes, brazos de agua o riachuelos, que con sus limpias y trasparentes aguas le renuevan la vida en el presente y seguro que en el futuro.

El maestro Itosu se forma una idea para promocionar el Okinawa-te, después llamado karate, en las escuelas de primera y segunda enseñanza.

¿Con qué motivo?

¿Con qué Objetivo?

Pudieron ser varios los motivos: conservar un patrimonio cultural venido del pasado, más que patrimonio una identidad cultural que ligara la tradición con el futuro.

Pudiendo ser sus objetivos inmediatos: la mejora física y cultural de los alumnos ya que en la época las condiciones sanitarias de las islas eran muy deficientes. Así mismo se estimulaba el espíritu combativo y la defensa personal de los practicantes.

¿Cómo ordenarían la enseñanza los maestros para facilitar la comprensión de los alumnos en este primer periodo?

Los entrenamientos que se seguían en la época en el secreto más riguroso estaban basados en su mayoría en dos cosas que eran esenciales para ellos, el endurecimiento de las manos, puños y piernas como primer requerimiento y la aplicación o Bunkai de los katas.
Era difícil romper con este sistema que venía de los tiempos más lejanos, pero la práctica les enseñó que no era el más idóneo para los escolares.

Intentaron que fuera el kata Seisan la base de este primer proyecto de enseñanza escolar, se suponía, que como el kata tiene partes lentas, partes rápidas y un trabajo respiratorio complementario podría ser el kata ideal para comenzar.

¡No fue así!

Durante siete años se probaron sistemas que no acababan de funcionar, hasta que Itosu Sensei y su grupo desarrollaron un sistema de katas cuya base fueron los Channan posteriormente actualizadas con el nombre de Pinan.

El maestro Itosu tenía preferencia por los tres primeros Pinan que repetía con gran entusiasmo, con la cuarta y la quinta se prodigaba menos.

El origen de los katas Channan que Funakoshi finalizaría llamándolos Heian en su estancia en Japón, proceden de una zona en la geografía de China llamada Annan, también se argumenta que era el nombre de un artista marcial.

Así mismo Itosu incorporó a las técnicas de los primitivos katas elementos técnicos procedentes del kata Kusanku y con ello conformó los cinco Pinan.

Todos los datos históricos y su poco documentada fuente dan pie a múltiples teorías, pero no le busquemos tres pies al gato, lo más sencillo, lo más natural suele ser lo que más no puede acercar a la verdad histórica.

En el equipo de trabajo del maestro Itosu el joven Funakoshi tiene un papel destacado por su vocación pedagógica, sus ideas y trabajos son admitidos y elogiados por los instructores. Los jóvenes participan masivamente en los entrenamientos y el proyecto comienza a ser considerado un éxito por parte de las autoridades de la isla, hasta el punto que se remiten informes al departamento de enseñanza regional para su conocimiento.

Muy cerca de Tokio en una escuela que los japoneses llaman Ochanomizu se celebra un festival de artes marciales que suele durar desde Abril a Mayo, esto fue el motivo por el que nuestro buen maestro Funakoshi Sensei se trasladó a Japón.

Recordar que estamos en año 1921, en esta escuela que por cierto era una escuela femenina, se mostraron las técnicas de lucha procedentes de Okinawa por parte del maestro.

Pero no os he dicho como era el maestro Funakoshi, en aquella época pasa de los cincuenta años, medía poco más de metro y medio y su peso no era superior a los sesenta kilos. En verdad no era un gigante, pero tener en cuenta que tenía otras virtudes muy importantes para un maestro, como eran: un cuidadoso observador, muy disciplinado y hábil en el trato con las personas, tengo que deciros que el pueblo japonés no es fácil de tratar y él tenía un gran conocimiento de su cultura y su etiqueta, cuando nos referimos a etiqueta queremos decir que son los usos y costumbres de un país.

Ese invierno fue especialmente frío en Tokio y Japón, nuestro hombre de Okinawa recordaría con añoranza el clima de su bella isla y sin duda suspiraría con melancolía.

El fundador del Judo moderno fue el maestro Kano. Conoció a Funakoshi y le invitó al que llamaban templo del judo, el muy famoso Kodokan, que estaba en un barrio de Tokio llamado Tomisaka. Os puedo asegurar que esto fue quizá lo más importante que le pudo ocurrir al maestro y al karate, ya que desde este momento el karate será conocido por las personas más influyentes de las artes marciales japonesas.

¿Sabéis que le enseño el maestro al público que asistió a la demostración en el Kodokan? Les mostró katas y las técnicas básicas del karate, todo ello acompañado de dibujos o fotos que ayudaron al público a comprender lo que el pequeño maestro les mostraba, el karate.

Los japoneses habían formado hacia largo tiempo un ministerio de las artes marciales japonesas donde estaban las que ellos consideraban más importantes y más significativas de lo que era la cultura y tradición japonesas. El karate no sería incorporado hasta el periodo de 1930 a1940.

Desde los años 1928 hasta 1931 los chinos y los japoneses tienen problemas y conflictos que hacen que ambos países se tengan bien poca simpatía, la historia llama a esto el conflicto de Manchuria. Los japoneses no quieren saber nada de los chinos, y cualquier cosa que se refiera a ellos la rechazan.

Os cuento esto para que podáis comprender el porqué y cuando el maestro Funakoshi le cambió los nombres a los katas ya que en su mayoría hacían referencia a la Okinawa de origen chino, y les dio nombres japoneses, esto no gusto a mucha gente en Okinawa pero el tiempo demostró que tenía razón y que esto facilitó la integración del karate en Japón.

También tenéis que saber que el maestro Funakoshi conocía el manejo de palo largo llamado Bo y así mismo practicaba con el tridente llamado Sai, este último era utilizado contra esa arma tan peligrosa como era la Katana, sable japonés.

Quiero recordaros algunos nombres antiguos de los katas y como posteriormente el maestro les dio nombres japoneses:
Al kata Kunsanku le llamo Kanku dai, dai significa grande, este era según cuentan sus alumnos su kata favorito, al kata Naifanchin le dio el nombre de Tekki quizá este sea uno de los katas más antiguos, el siguiente kata es tan bonito como el vuelo de la golondrina Wansu que es Empi y eso mismo es su significado “como el vuelo de una golondrina”.

Alrededor del pequeño hombre de Okinawa se reunieron muchos y digo muchos alumnos, de entre ellos surgieron maestros que con el tiempo formarían sus propias escuelas y estilos, recordemos algunos de ellos, maestro Otsuka que fundó el estilo Wado Ryu, el maestro Oyama que fundó el estilo Kyokushin, el maestro Egami que fundó el Shotokai y otros que no fueron creadores de estilos o escuelas pero fueron personas muy importantes para el futuro del karate en Japón y posteriormente fuera de Japón.

Con la ayuda de sus alumnos se abrieron dojos en las Universidades de Tokio y fuera de Tokio, recordar que dojo es el lugar donde se practican las artes marciales, no confundir con gimnasio, pues no es lo mismo. El karate se popularizó entre los militares, universitarios y otros grupos interesados que lo protegieron y lo hicieron crecer. Entretanto los alumnos del maestro Funakoshi se dieron cuenta que el maestro no tenía un dojo ni casa propia donde vivir y entrenar a sus discípulos, y pensando los unos y los otros decidieron construirle un bonito dojo con una casita donde vivir.

Saber que en los libros de la historia del karate hay fotografías del día de la inauguración donde su cara muestra felicidad y alegría y sus alumnos también, al lado de él su hijo Yoshitaka Funakoshi otro gran genio del karate, que desgraciadamente moriría muy joven durante la guerra.

Los japoneses atacan a los americanos y este ataque produce una declaración de Guerra por parte del congreso del pueblo americano.

Algunos de vosotros estaréis estudiando física en vuestros colegios o institutos, pues bien recordar esta ley de la física que dice: “toda acción produce una reacción de igual o mayor intensidad”, pues eso fue lo que produjo el ataque de los japoneses, los americanos les atacaron con tanta intensidad como ellos o con mayor contundencia.

Le quemaron el dojo al pobre maestro Funakoshi en un bombardeo terrible donde murieron centenares de personas, los alumnos marcharon a la guerra y muchos, muchos no volvieron, la mujer del maestro que vivía en Okinawa fue deportada a la isla de Kyushu donde murió posteriormente; este pequeño gran hombre lo perdió todo, mujer, hijo, alumnos y dojo, no le quedo nada, eso es la guerra. Pero él no se rindió, volvió al dojo, o mejor dicho a los dojos que quedaron, y no miró atrás, había tanto que hacer y a tantos que ayudar que no perdió el tiempo en lamentos innecesarios.

Su espíritu formado y fortalecido por el karate no se doblegó y siguió enseñando y formado a los hombres jóvenes que acudían, jóvenes que ya eran viejos por el sufrimiento de la guerra, derrotados llegaron tristes y vencidos al dojo.

Los americanos vencedores de esta triste tragedia de la guerra para sorpresa de todos los japoneses que practicaban artes marciales les pidieron a los maestros de judo, karate y aikido que les enseñaran estas artes. Las fotos de esta época nos muestran al maestro Funakoshi y sus alumnos Iisao Obata, Nakayama y Nishiyama y otros que no están en esas fotos. Fijaros si esto fue importante para el karate y su futuro, que años después en 1953 viajaron una gran expedición de artistas marciales japoneses a los Estados Unidos para dar clase por las bases militares de las SAC (Comando Aéreo Estratégico) y fueron incluso invitados a la Casa Blanca donde vive el Presidente de Norte América.

Mientras el karate crecía y viajaba por América, el Japón se recuperaba despacio de la guerra y los alumnos del maestro volvían a sus estudios y a sus trabajos, muchos de ellos nunca más volverían, desaparecidos en batallas pronto olvidadas.

Otra cosa que ayudo mucho para que el karate fuera conocido en Japón fueron los libros que escribió el maestro Funakoshi, si algún día tenéis ocasión leerlos pues son parte de la historia del karate y hoy día están escritos en castellano, son: “Tote-Jitsu”, “Karate Do Nyumon” y “Karate Do Kyokan”.

El maestro Funakoshi siempre tuvo especial interés por que las mujeres practicaran karate, en las fotos antiguas podemos verlas entrenando en los viejos dojos, y hoy día están codo con codo en nuestros modernos dojos trabajando y subiendo de nivel día tras día y eso demuestra que el karate nos ayuda a todos dándonos formación y haciéndonos crecer como individuos.

Estamos llegando al final de nuestra historia, nuestro protagonista el maestro Funakoshi ya esta mayor y su familia se preocupa cuando sus alumnos vienen a recogerlo para que asista alguna de las clases de karate que se imparten en los muchos dojos que ya funcionan en las Universidades o privados. Le recuerdan que tiene que mirar antes de cruzar la calle, temen que le pueda atropellar un coche. Los alumnos lo cuidan y lo acompañan en todo momento, pero poco a poco los años pasan y finalmente en Abril de 1957 cuando los jardines de Tokio se llenan de la flor del cerezo, emblema de los Samurái, muere el hombre que lo dio todo por el karate, nosotros los instructores y vosotros los alumnos estamos en deuda con el maestro que nos mostró el camino, el Do.

Jóvenes amigos, recordar esto como final de esta historia, el maestro Funakoshi nunca abandonó su deber de enseñar pese a la gran cantidad de penalidades y desgracias que tuvo que soportar, seguro que si tuviera que despedirse de vosotros os diría algo así:

¡No dejar nunca vuestro entrenamiento, ser insistentes y no perdáis la motivación, fortalecer vuestra voluntad con el entrenamiento! ¡Si lo tenéis que dejar por circunstancias que no podéis remediar, volver, no importa la edad que tengáis ni el nivel en que lo dejasteis, ni la condición física, lo importante es volver, el dojo siempre os estará esperando!


José Baeza López
Alicante, (Comunidad Valenciana)
Noviembre del año 2009