Empecé a prácticar Karate a la edad de 10 años de la mano de mis hermanos mayores, en esa epoca era algo desconocido y místico para el resto de la gente pero para nosotros era practicamente un deporte familiar y se respiraba el Karate en cada rincón de mi casa, sin darme cuenta el Karate estaba en mi vida y me formaba como persona al inculcarme unos valores de una manera natural y sin imposición.

Mucha gente que es ajena al mundo del Karate lo ve solo como una forma de combate y a sus practicantes unos personajes violentos y temibles, pero no hay nada mas lejos de la verdad. Esta forma de pensar supongo que es culpa de otras diciplinas que han eliminado la tradición y la filosofia para solamente enseñar unos cuantos "trucos" de como ganar una pelea a un oponente, pero que para mí no son artes marciales.

adios al KarateLo triste de esta historia es que a la edad de 18 años deje de prácticar el Karate sin darme cuenta de lo que el Karate habia hecho por mi. Como supongo que le ocurre a otras personas la vida se me complicó al llegar a la mayoria de edad ya que necesitaba trabajar y además queria realizar mis estudios Universitarios, esto ocupaba gran parte de mi tiempo y entonces decidí quitar lo que yo creía menos me aportaba en ese momento y cometí un fallo imperdonable, dejé de practicar Karate con la promesa de que era una situación temporal.

Esta circunstancia de la vida se repite constantemente, cuando terminas el servicio militar, sales del colegio, dejas un trabajo, siempre prometes a esos amigos que te han acompañado en esa etapa de tu vida que volveras a verles, que no perderas el contacto, etc... pero pocas veces se cumple porque la vida se te sigue complicando.

En mi caso me deje llevar por mis trabajos queriendo progresar en ellos y por tanto regalando mi tiempo a promesas de promoción y futuro, despues se unen las facetas emocionales de tener una pareja y dedicarle otra porción de tu tiempo, tienes hijos y les das más tiempo y cuando te das cuenta han pasado 20 años desde que dejaste el Karate y tienes un vacio dentro de ti que no sabes como llenar.

El Karate refuerza nuestra autoestimaEn ese momento el Karate no forma parte de tu vida, ya es algo pasado que no puede volver ni sientes que lo necesitas pero estás equivocado, crees no necesitarlo porque su esencia está dentro de tí todo ese tiempo sin saberlo, el Karate hace que te comportes con una personalidad fuerte, seguro de ti mismo, con respeto a tus superiores y también con los que estan por debajo de ti, sin consentirque nadie te falte el respeto ni te menosprecie, ejecutas los trabajos con seriedad y perseverancia, tomas partido en las injusticias porque en el fondo sigues el código del budoka sin saberlo.

Cuando ya estas asentado en tu vida (o crees estarlo), tienes una estabilidad laboral, sentimental y familiar te das cuenta que estas dedicando todo tu tiempo a los demás y que tu no disfrutas de tu vida plenamente, te falta algo y empiezas con la etapa de buscar un hoobie (coleccionas sellos, comics, peliculas, cromos, fasciculos, haces footing, manualidades, chapuzas en la casa y mil cosas más), pero todo acaba aburriendote, no te llena interiormente y sigues sintiendo un vacio.

Como he dicho antes, comence haciendo Karate gracias a mis hermanos mayores y hoy lo he vuelto a practicar gracias a mi hijo (que importante es la familia). Cuando un hijo empieza a crecer te das cuenta que no sabes bien como enseñarle una serie de valores que tu has aprendido sin saber como, hasta que te das cuenta de que esos valores te los enseño el Karate.

Estos valores que nos enseña el Karate se empiezan a aprender desde el primer dia que pides permiso para entrar en el Dojo (educación y etiqueta), que cuando eres un simple cinturón blanco ves que los grados superiores te tratan con respeto y te enseñan desinteresadamente y cuando tienes un grado mas alto los inferiores te piden consejo (respeto), cuando ves que tras respetir una técnica una infinidad de veces al final te sale correctamente (perseverancia), cuando te atreves a participar en competiciones contra rivales desconocidos (confianza en uno mismo), cuando ayudas a otros compañeros de clase a prepararse sus examenes o competiciones (compañerismo) y otros muchos más valores que no se me ocurren en este momento.

Formación en el dojoLa práctica del Karate al inculcar estos valores en nosotros provoca que emitamos al resto una sensación de poder, respeto y confianza que no es necesario imponer a los demás con la violencia sino que se ven arrastrados por nuestra personalidad.

Cuando me di cuenta que quería estos valores para mi hijo no dude en volver al Dojo a dejarlo en manos de mi entonces Sensei (ahora Shihan) el cual me animó a volver a practicar otra vez. Así lo hice y fue muy duro al principio ya que mi cuerpo no respondia como yo recordaba pero poco a poco se doblegó ante el Karate y volvio a fluir otra vez, no se si gracias a que mi practica comenzo cuando era muy joven y formó mi cuerpo para el futuro.

Entrenamiento de Kyokushin al aire libreTodo esto me demostró que el Karate además de una disciplina, es según mi opinión el deporte mas completo que se puede practicar ya que trabajas tu forma física, flexibilidad de todo el cuepo, coordinación, reflejos, concentración, control de la respiración, estrategia y por último paz mental y espiritual.

 

He estado 20 años sin practicar Karate y al volver a practicarlo me he dado cuenta que los he perdido con excusas que no me pueden justificar el practicarlo un mínimo de 3 horas a la semana, así que con la lección bien aprendida, no pienso volver a abandonar el Karate nunca más y espero que esta experiencia te haga meditar antes de pensar en dejarlo o que te haga volver donde lo dejaste.
 

Miguel Angel Fernández
Webmaster de www.kyokushinbudokai.es